¿Qué sentido tiene basarse en la ternura para criar a nuestros hijos e hijas? En este blog te explicaremos por qué la ternura es el motor de World Vision y cómo puedes incorporarla en el día de tu familia.
La ternura es una actitud interpersonal, que se expresa en la forma como interactuamos unos con otros, para buscar el bienestar y el cuidado colectivo. La ternura, además, es una cualidad de amor puro y dulzura que sirve para afirmar la integridad y dignidad de cada persona y familia.
Además, la ternura tiene un enfoque especial en la niñez y en el amor al otro, desde las personas, hasta los animales y las plantas.
La ternura también tiene el poder de ser una estrategia mediadora en la crianza y un agente sanador ante experiencias adversas.
La forma más frecuente de violencia que enfrentan los niños y niñas en Latinoamérica es el castigo, vinculado con las prácticas de crianza. A través de estas, se han transmitido formas naturalizadas de violencia y opresión a través de generaciones. Este entorno está marcado por el sufrimiento, dolor y miedo, lo que ocasiona una cantidad inmensurable de inseguridades y consecuencias en la niñez, la adolescencia y la adultez.
La crianza es terreno fértil de transformación cultural. Por ello, confiamos en la crianza con ternura: esta proporciona un ambiente emocional y familiar sano, seguro y abundante en valores, cruciales para el desarrollo integral de la niñez.
La ternura parte de 3 principios:
Aplicando estos 3 principios podrás entender cómo criar con ternura, empezando con sanarte a ti mismo. Algunos consejos para crear a tus hijos e hijas con ternura son:
Porque creemos en la ternura como el pilar de nuestra misión para los niños, niñas y adolescentes, en World Vision Perú buscamos su bienestar sostenido, en especial el de los más vulnerables. Trabajamos con familias, comunidades y socios para garantizar que las niñas y niños disfruten de buena salud, reciban educación para la vida, experimenten el amor de Dios, estén cuidados y protegidos con un manto de ternura.
Para criar a un hijo o hija con ternura debemos empezar por trabajar en nosotros mismos: los valores parten de cierta inteligencia emocional que podemos desarrollar entendiendo cómo y por qué hemos vivido determinadas experiencias. Habiendo logrado esto, podemos actuar con empatía y, como madres o padres, ofrecer la mejor versión de nosotros mismos/as a nuestros niños y niñas.