Desde muy joven, Analí sentía un gusto por la crianza de animales menores como cuyes y gallinas, porque en esa actividad encontró una forma de generar ingresos y beneficios para las familias de su comunidad. Actualmente continúa dedicándose a esa actividad que le ha permitido aprender y descubrir nuevos conocimientos que hoy comparte con las familias vulnerables de La Libertad.
“Al estar en contacto con mi comunidad encontré la pasión por trabajar con niñas, niños y adolescentes. He participado en voluntariados y pasantías; y desde hace 11 años empecé a trabajar en temas que involucran a la infancia. En ellos encontré un amor y ternura inexplicables”, dice Analí.
Este interés en ayudar a la infancia más vulnerable se maximizó cuando Analí fue madre de Karla y Karol. A partir del nacimiento de sus dos hijas, no solo abogaba por el respeto y bienestar de niñas, niños y adolescentes, sino que se identificaba con sus padres y veía en cada uno de ellos el amor por sus hijas.
Karla y Karol además le permitieron conocer a World Vision Perú, ya que ambas son niñas patrocinadas. A partir de ahí, Analí no solo buscaba aprender en las charlas o capacitaciones que le brindaban, sino que se interesó más por el trabajo con la niñez y se sumó como voluntaria. Desde entonces han pasado 11 años y hoy Analí, a sus 36 años, ha aprendido de diversos temas que actualmente replica a las familias más vulnerables.
“He asistido siempre a las reuniones y talleres que se realizaba con los facilitadores de World Visión. Actualmente, sigo apoyando como voluntaria en mi comunidad y lo seguiré haciendo hasta que Dios me dé salud, siempre pensando en el bienestar de los niños, niñas y adolescentes”, recalca Analí.
Hoy en día, Analí tiene su propio emprendimiento de cuyes y colabora como voluntaria, así como también fue designada como promotora de salud, ya que gracias a su emprendimiento y conocimientos en alimentación, pudo participar en ferias brindando información a las familias de su comunidad.
“El ser promotora de salud me inspira a seguir fortaleciendo mi relación con la niñez, con sus familias y en general, con toda mi comunidad. Organizamos reuniones y aprovechamos para dar charlas a todas las familias en diferentes temáticas como salud, nutrición, anemia, deberes y derechos y la importancia de ser constantes en los chequeos y controles de los niños en los centros de salud. Además, al tener mi emprendimiento, Dios me permite ser solidaria y en algunas ocasiones apoyarlos con un cuy por familia para su alimentación”.
La pandemia del coronavirus ha traído muchas dificultades pero ha hecho que crezca el espíritu solidario y desprendido de #HeroínasAnónimas como Analí, quienes buscan no solo ayudar en el corto plazo, sino empoderar y capacitar a familias vulnerables para que ellas mismas sean gestoras de su cambio y compartan estos saberes con las siguientes generaciones.