Hace 11 años Celia brinda protección y seguridad a su comunidad en Ayacucho pues trabaja como serenazgo en la Municipalidad Provincial de Huamanga. “Elegí mi trabajo porque me da oportunidad de ayudar a las personas que se encuentran en situación muy difícil y de riesgo por la delincuencia, la violencia familiar, pandillaje, entre otros. Este trabajo me hace sentir útil en la sociedad y poder ayudar me llena de alegría y mi corazón es feliz”, relata Celia.
Su corazón es solidario y sus acciones lo demuestran; su labor como voluntaria ayuda a que el equipo de World Vision en Ayacucho tenga conocimiento de situaciones críticas y vulnerables de personas que necesitan ayuda y así se les pueda poder brindar apoyo y bienestar. Sin embargo, Celia no se conforma y sabe que hay mucha necesidad, por ello, brinda apoyo en otros aspectos como en lo emocional, que tanto necesitan las familias más humildes.
“Desde muy joven siempre he estado dispuesta a realizar acciones humanitarias sin esperar nada a cambio, solo por ver el bienestar de mi prójimo. Como cristiana, siempre estoy abierta a servir a los demás, y hoy más que nunca realizó visitas a las familias que tienen diagnóstico de COVID 19, y si está en mis manos servirlos lo hago con mucho amor y voluntad”.
La vocación de Celia no tiene descanso, ella siempre se acude al llamado de cualquier institución, donde apoya y muchas veces consigue donaciones. “Los vecinos de buen corazón de mi querida Huamanga muchas veces donan para las familias que lo necesitan y yo veo la forma de llevarlos hasta los hogares de cada familia”, dice Celia y eso habla de su compromiso como profesional y también como persona.
“La educación que mis padres me brindaron, me sirve como base y principio para actuar de buena fe y tratar en lo posible apoyar a quienes lo necesitan. Aprendí desde niña el amor por mi prójimo y lo llevo en mi corazón; la felicidad de las personas a quienes sirvo me hace sentir feliz y me sigue motivando a seguir adelante en mi trabajo”, asegura Celia.
“Conocí a World Vision cuando compartí estudios de seguridad ciudadana con una colaboradora, ella me habló acerca del trabajo y es así como me uní para apoyar con atención de casos de violencia familiar y ayuda humanitaria para familias vulnerables. Desde un principio me agradó la actitud de los trabajadores, la amabilidad y la voluntad que le ponen a sus trabajos y aprendí mucho de los cuidados que debo tener y cómo atender a las personas”.
El trabajo colaborativo entre instituciones de desarrollo como World Vision y #HeroínasAnónimas comprometidas como Celia, permite formar personas capacitadas y conocedoras de los objetivos de bienestar y desarrollo que deben tener las niñas, niños, adolescentes y personas más necesitadas.