Julián ha tenido vocación de emprendedor desde que tiene uso de razón, y siempre quiso compartir con los demás sus habilidades y conocimientos. Por ello, hace seis años es voluntario de World Vision en Tambo, Ayacucho, monitoreando a las familias más vulnerables y promoviendo actividades para ayudarlas.
Él siempre tuvo en mente hacer algo más que solo capacitarse, “no seremos profesionales, pero queremos enseñar lo que aprendimos en la vida” menciona. La idea no solo es enseñar, sino brindar oportunidades a los más vulnerables, como las personas con habilidades diferentes.
“Con mis compañeros nos preguntábamos, ¿en qué puede trabajar una persona con discapacidad? Si su papá lo abandona o su mamá muere ¿cómo pueden mantenerse por sí mismos? Estas personas deberían tener igualdad de oportunidades que nosotros”.
Así nació la iniciativa de dictar talleres para niños, jóvenes y adultos con habilidades diferentes, replicando lo que aprendieron en las capacitaciones de emprendimiento que recibieron de World Vision Perú.
“Dictamos talleres de repostería, tejidos, pastelería, chifles y manualidades a niños con diversas discapacidades o síndrome de down, evaluando en qué pueden desarrollarse mejor y lo que más les gusta”.
Esta asociación viene beneficiando a 160 personas, todos ellos valorados por sus talentos y potenciales; y se les enseña con mucha calma y tranquilidad. “La paciencia al enseñar es la clave de nuestro éxito” cuenta Julián.
Las familias de estos niños y jóvenes son los aliados claves de Julián. “Los padres nos dicen que debería existir colegios enfocados en personas con habilidades diferentes en Ayacucho o deberían abrirse más talleres como los nuestros. Lamentablemente muchas veces los derechos y necesidades de estas personas vulnerables son invisibilizados”, cuenta Julián.
El aislamiento social por el Covid 19 es un nuevo reto para Julián. “La programación de Aprendo en Casa no cuenta con adaptaciones para estudiantes con discapacidad y muchos de ellos no tienen señal de Internet o TV”. Por ello, como voluntario de World Vision, Julián se comunica constantemente con las familias para apoyarlos en su educación remota.
El deseo desinteresado de ayudar y brindar oportunidades a quienes más lo necesitan, hacen de Julián un verdadero #HéroeAnónimo, que seguirá abriendo camino para que las personas con habilidades diferentes tengan una vida más empoderada y autónoma.