Cristina tiene 22 años y espera continuar con su educación superior. Por ahora, está al frente de su emprendimiento de venta de ropa para mujeres jóvenes, pues tiene que ayudar con los gastos del hogar a su mamá Delfina, en Huamanga, en la región Ayacucho. Sabe que su familia la necesita para salir adelante.

“Vivo con mi mamá y mis hermanitos Roxana (12) y Keel (2) en una casita que heredamos de mi abuelito. La hemos arreglado un poco. Estoy feliz porque estamos logrando algunas metas que nos hemos trazado”, confiesa tras recordar su época de escolar cuando era beneficiaria de World Vision Perú.

“Estoy muy agradecida porque me ayudaron mucho cuando estaba en el colegio. Me gustaba participar en los talleres, incluso tuve la oportunidad de viajar a Lima”, precisa tras indicar que cuando acabó su educación escolar empezó a trabajar con su mamá en el negocio de la venta de ropa para mujeres adultas.

Aunque al inicio no obtenían las ganancias que esperaban vendiendo ropa en las ferias, con el tiempo se dio cuenta de que tenía facilidad para incrementar las ventas. Su mamá se enfermó en 2018 y tuvo que hacerse cargo del negocio para cubrir los gastos familiares.

Cristina viajó a Lima y decidió comprar prendas para mujeres jóvenes. Ese cambio de público objetivo mejoró sus ventas y le fue muy bien hasta la llegada de la pandemia del Covid-19. No podía vender en las ferias y en ese momento se enteró de los talleres Youth Ready de World Vision, que brinda habilidades para la vida y el trabajo.

“Estábamos mal económicamente, pero con el programa Youth Ready de World Vision aprendí a hacer un plan de negocios, a ahorrar y darle importancia al manejo de las redes sociales y a la imagen para impulsar las ventas”, comenta la joven emprendedora, que por su esfuerzo recibió un capital semilla para reactivar su negocio.

“Había restricciones por la pandemia y tuve que crear una cuenta de mi negocio en Facebook. Subí fotos de las prendas y las compartía en otras cuentas de esta red social. Hacía mis entregas con una bicicleta en Huamanga y también depositaba pedidos a provincias como Huanta y el VRAEM”, recalca.

Tanto éxito tuvo que incluso abrió una cuenta en un banco para el pago de los pedidos que tenía por la red social. Pero resalta que ahora combina las ventas online con las que realiza de manera presencial mediante las ferias. “Youth Ready me enseñó que se deben aprovechar las oportunidades y eso hago”, añade.

Cristina está entusiasmada con seguir haciendo crecer su emprendimiento. Con su experiencia y los conocimientos que aprendió en los talleres, lo está logrando. Su siguiente meta es iniciar sus estudios de negocios internacionales. Es un ejemplo que con trabajo y dedicación nada es imposible.