James tiene seis años y vive con su familia en una comunidad rural de Ayacucho. Está feliz con el embarazo de su mamá, pues espera con ansias la llegada de su primer hermanito. Por estos días, asiste con entusiasmo a las clases de reforzamiento escolar que son presenciales. Estudia y juega con sus compañeros.  

El niño confiesa que está aprendiendo las vocales, el abecedario, los colores y los números. “Me gusta ir a las clases de reforzamiento porque son presenciales”, indica el estudiante, quien durante la pandemia tuvo clases remotas como millones de niños y adolescentes en todo el país tras las restricciones por la pandemia.

Por ello, su mamá está agradecida con el trabajo articulado de World Vision Perú y la Dirección Regional de Educación de Ayacucho. Su hijo forma parte de los tres mil niños y adolescentes que se benefician con las clases de reforzamiento para el retorno a la educación presencial, que se iniciará el 14 de marzo en esta región.

James cuenta los días para regresar al colegio. Estudiará el primer grado y se reencontrará con sus compañeros de inicial. El año pasado los vio por primera vez en las clases semipresenciales. Iba por horas y un par de días a la semana. Su maestra le enviaba las tareas por el WhatsApp de su mamá y veía por televisión el programa Aprende en Casa para complementar su educación.

“Estoy feliz porque ahora las clases serán presenciales. Voy a pasar a primer grado. Mi mamá me llevará al colegio”, comenta el niño ayacuchano. Sin duda, espera mejorar sus aprendizajes en el aula y compartir con otros niños.